Una historia que contar: El legado de Marie Thérèse Hermand de Arango
- Presidenta Fundadora Vitalicia de la Asociación de Amigos del MAP, A.C. (AmigosMAP)
- El Museo de Arte Popular fue una parte imprescindible de su vida
- “Con voluntad y mucha terquedad todo se puede lograr”
Marie Thérèse Hermand de Arango vivió cautivada siempre por el arte en todas sus formas. En Egipto -país en el que nació- tenía afición por todo lo que producían de artesanía: esa plata labrada, esa cerámica azul tan luminosa, los increíbles textiles, todo aquello de una impresionante belleza.
Su padre, Marcel Hermand, originario de Lieja, la Región Valona de Bélgica, Coronel en el Congo Belga y habiéndose enamorado tanto de su madre, como de Egipto, había elegido abandonar su país para formar una familia. Su madre, Hélène Lily Gibara, egipcia, era viuda y tenía ya dos hijos, Raymond y Jacques.
Marie Thérèse disfrutó de una infancia privilegiada, estudió en el Liceo Francés del Cairo, creció en un ambiente sano, relajado, interesante y deportista, rodeada de cariño y de una familia ejemplar digna de un mundo irreal perteneciente a otras épocas, que se vio interrumpida de pronto al estallar la revuelta social con Gamal Abdel Nasser y el ejército egipcio. Al mismo tiempo que destituían al Rey Farouk, también se quisieron deshacer de los extranjeros colonialistas (franceses, ingleses y belgas). Después de la nacionalización de las industrias, entre ellas la que había formado su padre, de cartón y de cubiertos hoteleros; tuvieron que abandonar Egipto, a la familia y todo lo que tenían. El resto de la familia comenzó a tomar caminos distintos, así como casi todos los amigos.
En 1963 la familia llega a Estados Unidos en donde, gracias a la ayuda del Barón Wado Empain, el padre de Marie Thérèse consiguió trabajo como director del Hotel Saint Regis en Nueva York, ciudad en la que vivieron dos años. Todo era distinto y nuevo. Ella aprendió a valerse por sí misma y adquirió una independencia que no tenía en su país.
El Barón Empain, vendió el hotel a César Balsa, quien invitó a su padre a trabajar en la Nacional Hotelera, dirigiendo los Hoteles Presidente y el María Isabel en México. Aquí encuentran una cultura parecida a la de la familia y un clima muy agradable en un país fantástico. Se adaptan rápidamente, descubriendo que México y Egipto tenían las mismas cualidades: la calidez, la amabilidad, y la hospitalidad.
Marie Thérèse acababa de terminar satisfactoriamente su examen del Baccalaureat en Nueva York. Aprendió a hablar el español en el Instituto Mexicano-Norteamericano. Cursó dos años de Historia de las Ideas en el Instituto Francés de América Latina. Con mucha suerte tuvo al escritor Le Clezio de maestro. Trabajó de edecán durante las Olimpiadas de México en 1968, en el Comité Olímpico Internacional con el Príncipe Alexandre de Merode. Fue formando un grupo de amigos, los cuales resultaron ser un apoyo fantástico para lograr integrarse a su nuevo lugar de residencia. México y Marie Thérèse se habían adoptado mutuamente.
Soñaba con Francia, sus padres con mucha generosidad le dieron la oportunidad de vivir dos años en París. Aprovechando los cinco idiomas que hablaba (árabe, francés, inglés, español e italiano) trabajó como intérprete durante las conferencias generales en la UNESCO y varios congresos. Fue una época muy feliz de su vida.
En 1975, decide regresar a México y al poco tiempo se casa con Manuel Arango; el resultado de esta unión fueron sus dos hijas, Manuela y Paula, la primera graduada en Relaciones Internacionales, la segunda en Diseño Industrial. La admitieron en el seno de este núcleo Arango con un cariño gigante, el cual no hizo más que crecer, siendo para ella un apoyo invaluable.
Manolo, su marido, con mucha paciencia, le fue inculcando el preocuparse por el prójimo; al vivir en un país con tantas necesidades, la filantropía era siempre un tema de conversación. Durante años y basándose en la perseverancia, trabajaron en áreas de salud, nutrición y educación a mujeres y niños. “Ayudar es gratificante y llena de felicidad, pero lo más importante es encontrar en que área tienes talento e interés para desarrollarla y tener resultados óptimos en tu voluntariado”, afirmaba.
¡Descubrir todo lo mexicano fue cautivador! Desde su llegada, empezó a comprar piezas al alcance de sus posibilidades. Ya casada, conoció a Tonatiuh y a Electra Gutiérrez. En el sexenio de Luis Echeverría, Tonatiuh creó FONART. Por estar involucrada con los artesanos y las casas de cultura de los estados, la invitaban con frecuencia a ser jurado en los concursos estatales y nacionales. Ahí, conoció a la mamá de todos los artesanos mexicanos, la Maestra María Teresa Pomar, quien al pasar del tiempo se fue convirtiendo en una gran amiga suya. Las dos soñaban con hacer un museo para enseñarle al mundo y contagiarlo de la capacidad creativa del artesano mexicano. Habían formado un grupo llamado Populart y estaban ya en tratos con el Gobierno del Distrito Federal para hacer un museo alrededor del tema. La invitaron a formar parte del grupo, lo cual aceptó con gran entusiasmo. “No sabía en qué líos me estaba embarcando…”, dijo en su momento.
En esta etapa de conocimiento-aprendizaje visitó comunidades de artesanos en diferentes estados de la República Mexicana, como: Chiapas, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Yucatán, entre otras entidades. Esto le permitió estrechar lazos aún más fuertes con el grupo y sus ideas.
Se reunían, pero nunca se concretaba nada, hasta que le llamó el entonces Presidente de Conaculta, Rafael Tovar, luego la fue a ver el Director de Culturas Populares, José N. Iturriaga, para invitarla a encargarse oficialmente del proyecto para la creación del Museo de Arte Popular, una oferta que no podía rechazar.
Cuauhtémoc Cárdenas, quien era Jefe de Gobierno del Distrito Federal, les cedió el uso del edificio que sería la casa de todos los artesanos mexicanos. Un inmueble estilo Art Deco de 1928, de los arquitectos Vicente Mendiola y Guillermo Zárraga, hoy sede del Museo de Arte Popular (MAP).
En 1999 se fundaba la Asociación de Amigos del MAP, A.C. Como lo dijo y lo recalcó Marie Thérèse Hermand de Arango en múltiples ocasiones “El mejor órgano de voluntarios del país”. La riqueza de ese grupo humano provenía de la variedad de sus integrantes, fuerza económica, intelectual y horas de trabajo voluntario.
¡Una tarea de titanes empezaba, el involucrar en este proyecto a los dos gobiernos, el federal y el estatal en tres sexenios! Del Presidente Zedillo al Presidente Calderón, pasando por el Presidente Fox. De Cuauhtémoc Cárdenas a Marcelo Ebrard, pasando por Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas. Nuestro país es grandioso, pero en ocasiones la cultura no ha sido prioridad.
Con el apoyo incondicional de las autoridades mencionadas y de los Presidentes de CONACULTA: Rafael Tovar, Sari Bermúdez, Sergio Vela y Consuelo Sáizar, fue un proceso complicado y lento. Para Marie Thérèse “Estas normatividades a las que la sociedad civil tuvimos que enfrentarnos, fueron agotadoras e incomprensibles”. No olvidaba tampoco la ayuda y la paciencia, “con una mano de fierro en un guante de terciopelo”, de la Directora del Fideicomiso del Centro Histórico, Ana Lilia Cepeda.
La difícil meta de enamorar a los primeros donantes, sin tener nada en las manos más que un proyecto bonito, mucha buena fe y un enorme entusiasmo, comenzaba. La generosidad de su marido y de su familia fue muy alentadora.
No tardaron en lanzarse al asalto de todas las oficinas de sus amigos. Sin dejar de encontrar puertas cerradas y rechazos, pero la gran mayoría les tuvo fe, creyó en la necesidad del museo y les ayudaron, tanto en donativos en especie, como en efectivo. No era fácil para los mecenas, visualizar los tentáculos que podía llegar a tener este proyecto, tanto tangibles como intangibles, empezando por mejorar el ingreso y las condiciones de vida de los artesanos, además de darle sentido al lema de la AAMAP (ahora AmigosMAP): “Exportemos arte popular no artesanos. Arraiguemos a los nuestros. Promovamos unión familiar, tradición y arte.”
Al formar el Museo de Arte Popular, se creaba una conciencia en el mexicano hacia una faceta muy importante de su país. Dar a conocer este arte, imaginación, habilidad manual, en fin, esta infinidad de técnicas, era algo que urgía hacer para los entonces ocho millones de personas involucradas en los procesos artesanales en México. Era impulsar y valorar el Arte Popular, recuperándolo, fomentándolo y difundiéndolo en espacios vivos, dinámicos, fijos e itinerantes, en los que todos los sectores de la sociedad nacional e internacional lo puedan apreciar y disfrutar.
“Arte del pueblo, Manos de Dios”, frase que en el 2000 acuñó uno de sus patronos, Carlos Fuentes, quien, en 2007 en una conferencia magistral extraordinaria, afirmó: “El arte transforma las cosas y el arte moderno radicaliza para transformar. Pero al radicalizar -es decir, al buscar la raíz- revela que el arte original es al arte popular. Que el arte popular es la almácigo (almásqa, depósito en árabe) de la forma estética, revelando la hondura del origen de la forma, su germen terreno, la prodigiosa variedad de lo popular como semilla del árbol frondoso de la creación. Un árbol que no camina, sino que crece… la creatividad cultural de México es el signo mismo de la continuidad que a menudo nos niegan la política o la economía… México posee hoy el valor de una continuidad identitaria.
Somos indios, somos afroamericanos, somos españoles, somos mestizos y a través de España somos mediterráneos… la aurora del arte es el arte del pueblo, expuesto en el Museo de Arte Popular en toda su riqueza… anuncia un porvenir gracias a que recuerda un pasado… veamos en el Museo de Arte Popular de México el rostro del origen, el inicio de las cosas, los primeros ojos de la vida”.
Al gran Arquitecto Teodoro González de León se le encomendó rehabilitar el edificio. Luchó arduamente con el INBA y todas sus restricciones, pero acabó dejando el inmueble preciosamente restaurado y listo para albergar la gran colección. La sobriedad de su estilo nunca podría rivalizar con lo garigoleado de nuestro arte y sus colores.
Con el Director de Sitios y Monumentos, el Arquitecto Xavier Cortés Rocha, se colocó la primera piedra en julio de 2002. Fueron años de experiencias interesantes, de convivencia con Xavier, pero muchas veces obstaculizadas por las reglas burocratizadas.
El 28 de febrero 2006, el Presidente Vicente Fox, su esposa Marta Sahagún de Fox, Alejandro Encinas, Reyes Tamez, Carlos Payán, Arturo Herrera, Sari Bermúdez, Ana Lilia Cepeda, Xóchitl Gálvez, Walther Boelsterly y Marie Thérèse Hermand de Arango, tomaban la palabra frente a una multitud de amigos.
Había emoción, interés y un cariño enorme en el aire. ¡Finalmente se cumplía ese sueño! Para ella era imposible expresar la felicidad y el orgullo de su nueva patria, a la vez que hubiera podido devolverle a este país una gota en el océano de lo que le había dado.
El Museo de Arte Popular fue una parte fundamental de la vida de Marie Thérèse. Nacer, viajar, aprender, realizarse como hija, esposa, madre, hermana, amiga y finalmente darse cuenta que con voluntad y mucha terquedad todo se puede lograr. En su momento dijo: “Somos un ejemplo único en México y probablemente en muchos países, de colaboración entre el gobierno y la sociedad civil.” Incluso llegó a afirmar “la AAMAP tiene el mejor patronato de México”.
Como un reconocimiento a su incansable trabajo en favor del arte, Marie Thérèse Hermand de Arango se hizo acreedora a diversos premios:
- ATA: “Ayuda al Artesano” en Nueva York. Enero, 2005.
- “Mujer del Año”. Noviembre, 2005.
- Premio al Voluntariado. Noviembre. 2005.
- Interdifusión “Premio a la Excelencia”, 2006.
- Galardón Promomedios a la “Mujer en la Cultura”, 2008.
- Galardón “Women Together, 2009”. Otorgado en la ONU por el Consejo Económico y Social por la importante labor de difusión al Arte Popular Mexicano.
- Premio FEMAM 2010 por su trayectoria como promotora de Arte por excelencia, debido a la entrega y dedicación en la creación del Museo de Arte Popular (MAP).
- Reconocimiento de la Revista QUIEN en su edición “50 personajes que mueven a México” 2012. Por su labor como fundadora y presidenta de la Asociación de Amigos del MAP, A.C. (AAMAP).
- Reconocimiento otorgado por la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, A.C. (SODETAM), Año 2012. Por su impecable tarea de fundar, fortalecer y promover las diferentes disciplinas artesanales mexicanas.
- Premio GQ como “Embajadora Cultural del Año 2012”. Por considerarla una mujer destacada en México.
- Presea “Mujer Ejemplo de Vida” 2013, por su preocupación por la salud y educación de las mujeres y los niños a través de la Fundación Compartir y el MAP y sus artesanos.
- Reconocimiento de la Revista QUIEN en su edición “50 personajes que mueven a México” 2017. Por su labor como fundadora y presidenta de la Asociación de Amigos del MAP, A.C.
- “Medalla Sorolla 2018”, otorgada por The Hispanic Society Museum & Library, por su meritoria labor como fundadora y presidenta de la Asociación de Amigos del MAP, A.C.
- Condecoración Orden de la Corona en grado de Commandeur, otorgada por el Reino de Bélgica en febrero 2019.
Además de fungir como:
- Miembro de la Mesa Directiva de la Fundación Compartir, A.C.
- Miembro del Patronato Internacional de la Universidad de “William and Mary” en Virginia, EUA.
- Miembro del Patronato del Museo Dolores Olmedo.
- Miembro de la Fundación “José Cuervo”.
- Miembro del Centro de Orientación para Adolescentes CORA.
Imposible dejar de mencionar la creación de Vochol®. Una obra sin precedente en la historia del arte popular en México y el mundo, en el que dos familias de artesanos huicholes de los estados de Nayarit y Jalisco, tomaron como lienzo la estructura a tamaño real de un automóvil, para intervenirlo con un diseño exclusivo a base de chaquira. Y que fue posible gracias al esfuerzo y entusiasmo con el que condujeron el proyecto Marie Thérèse Hermand de Arango y Cecilia Moctezuma, entonces Presidenta de la AAMAP.
Así como el arduo trabajo de promoción realizado por Marie Thérèse, cuando acompañó a Vochol® a las ciudades de San Diego y Denver, además de Washington DC y Houston, en Estados Unidos. En su recorrido por tierras alemanas, Marie Thérèse también estuvo en Frankfurt para su exhibición en enero, de 2013, en la Galería de las Oficinas Corporativas del Deutsche Bank. La itinerancia continuó en el Musée Royaux des Beaux Arts, de Bruselas, Bélgica, de enero a marzo de ese año, además de su presentación en el Musée du Quai Branly en París, Francia.
De igual manera viajó con los Alebrijes Monumentales a la Quinta edición del Festival “lille3000 Eldorado” 2019, en Lille, Francia. Encuentro a través del cual México promovió, con la presencia del Museo de Arte Popular (MAP), piezas representativas de su acervo que mostraban las raíces, tradiciones, diversidad cultural y habilidades artísticas de los artesanos mexicanos. Así como en la exhibición de los Alebrijes Iluminados en La Villette, considerado el parque cultural urbano más grande de París.
Lo anterior es tan solo una breve muestra de la noble e incansable labor que, con mucho cariño, tenacidad y de manera desinteresada, desarrolló Marie Thérèse Hermand de Arango para enaltecer, apoyar y promover, incluso en otros países, la esencia cultural y artística del Arte Popular Mexicano… Arte del Pueblo, Manos de Dios.
Nos deja un gran legado, su amor por México y sus artesanos.
antonio oseguera maldonado
Posted at 20:20h, 25 diciembreVida extraordinaria! Biografía con Be mayúscula! ! Qué gran aporte para el país que adoptó,, México !
Gracias!