Encuentro de dos mundos
El pensador que sintetiza estas dos posiciones extremas de la estética del siglo XVIII, aunque sin duda se identifica más con la española, es el jesuita mexicano Pedro José Márquez, primer escritor que revalora el arte de los antiguos mexicanos mediante una restauración, a la manera clásica, del mundo indígena. Entonces es cuando las expresiones de los antiguos mexicanos empiezan a ser comprendidas y consideradas plena mente como objetos de arte.