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Oaxaca

Médica tradicional chinanteca de Arroyo Blanco, San Juan Bautista Valle Nacional. Oax. D.R. Víctor Gayol, 1993, Fototeca Nacho López, INPI.

José N. Iturriaga

“Los artesanos oaxaqueños, hacedores de arte popular, constituyen una prueba viviente de sus tradiciones y su rica herencia histórica; sus obras son poesía que se transforma en barro, bordados, tejidos, joyería, hojalata, maques, bules, hojas de maíz, alebrijes, cuchillos, huaraches, juguetes, miniaturas, papel de china, herrería, máscaras, cestas y… tantas otras piezas artesanales que nos deleitan el espíritu, nos dejan asombrados ante su creatividad y belleza”. Así discurre la maestra María Isabel Grañén Porrúa, de manera indiscutible.

La pasmosa pluralidad cultural de Oaxaca sustentada en sus numerosos grupos indígenas y la gran diversidad biológica, orográfica y climática de su territorio explican la enormidad de su arte popular.

Cestería, sombreros, petates y figuras en miniatura se hacen de palma. De hojalata elaboran desde objetos utilitarios hasta nacimientos. Las jícaras devienen maques y grabados. Hojas de maíz, totomoxtles y siemprevivas cobran nueva vida en formas insólitas. Papel picado, artesanías de cuerno y maderas preciosas, máscaras, juguetes, herrería, plomo, talabartería y peletería, son practicadas con maestría. “La madera del copal llega a su creación más sublime en los alebrijes, esos animales fantásticos sacados de sueños o de inspiraciones inmediatas que hacen alarde de su colorido contrastante”.

Los alfareros de Atzompa, de Ocotlán, de Ixtaltepec, de la Sierra Mixe, de la Mixteca, de Ocotlán, de barro negro en Coyotepec, y de muchos otros pueblos son artistas por generaciones.

“Mujer y textil son una misma idea, no puede apartarse una del otro. Ella es la gran creadora, invierte parte de su vida en la elaboración de su prenda; la concibe, la forma, la teje o la borda; en su obra deja sus ojos, entreteje sus pensamientos y pendientes”. Notables trabajos textiles elaboran en San Antonino, en San Bartolo Yautepec, en San Pedro Cajonos, en Tuxtepec, en Huautla, en Yalalag, en el Istmo de Tehuantepec, en Pinotepa Nacional y prácticamente en todo el estado.

Las mujeres de los triquis, chatinos, amuzgos, tacuates, huaves y de todas las etnias sintetizan centurias de experiencia estética. De fama mundial son los colorantes naturales de la grana cochinilla, el añil y el caracol púrpura. Los tapetes de lana de Teotitlán del Valle lucen en todas las latitudes.

La orfebrería y joyería oaxaqueñas deslumbran asimismo a propios y a forasteros, por su calidad artística y por su variedad, tan grande como el arcoíris cultural de la entidad.