SITIO EN ACTUALIZACIÓN CONSTANTE

Jalisco

Traje huichol para hombre. Tela de manda bordada. Artesana Refugio López Carrillo. Tuxpan, Jal. Col. Part. (Foto: Jasso).

José N. Iturriaga

“Sitio de honor para Tonalá y Tlaquepaque que conjugan dentro de su espacio y en historia de siglos, el trabajo del barro”, determina con acierto el maestro Luis Sandoval Godoy. Y también hacen allí vidrio soplado, manteles bordados, sarapes y muebles.

En Teocaltiche tornean la madera, labran el hueso y fabrican sarapes. En Colotlán bordan de pita adornos de “sillas de montar y atuendos de lujo para el charro”. En Jocotepec o San Andrés también hacen sarapes y en San Julián sombreros de charro.

En San Juan de los Lagos y Encarnación de Díaz deshilan y tejen con ganchillo “con paciencia y exquisita sutileza”; en la región huichola, las mujeres bordan las prendas de la familia “con grecas, arabescos en guía de venados, águilas y flores, y todo ello sin trazo previo, sin estampado dispuesto antes en la tela, sino llevadas del sortilegio hondo que mueve su sangre y conduce la aguja y el hilo a producir los símbolos rituales que dan signo a su estirpe”.

La hojalatería jalisciense ostenta penachos de danzantes, sonajas, linternas, algunas muy sencillas y otras “compuestas y adornadas con hojas como de acanto y gajos de colores desprendidos desde la base”.