LA FIESTA GRANDE DE CHIAPA DE CORZO
Rafael G. Córdova
La tradicional feria de Chiapa de Corzo comienza el 8 de enero y concluye el día 23 del mismo mes en honor a San Sebastián Mártir, su Santo Patrono, a Nuestro Señor de Esquipulas y a San Antonio Abad.
En esta población perteneciente al estado mexicano de Chiapas, se cuentan diversas historias, como aquélla que habla del suicidio colectivo de los chiapanecas (etnia que habitaba estas tierras en la época prehispánica) como último gesto de rebeldía ante la dominación española.
Fue en 1528 cuando Diego de Mazariegos sabedor de la fiereza de los chiapanecas, llegó con un ejército muy bien armado y apoyado por pueblos vecinos al Peñón de Tepechtía en el Cañón del Sumidero, donde se libró una fiera batalla, donde al verse cercados por los españoles, familias enteras de chiapanecas se arrojaron al precipicio. Se dice que sorprendido y conmovido el capitán detuvo el ataque y con los sobrevivientes se fundó el pueblo de Villarreal de los indios o la Chiapa de los indios, que posteriormente cambió su nombre a Chiapa de la Real Corona y conocida en la actualidad como Chiapa de Corzo.
Otra leyenda es la de los Parachicos que cuenta la historia de una mujer llamada María de Angulo que buscaba cura para su hijo enfermo, pero después de haber visitado médicos y curanderos, no consiguió aliviarlo. Alguien le dijo que fuera a Chiapas donde seguramente encontraría la cura, entonces ella se trasladó con todo y servidumbre donde finalmente su hijo fue curado. Con algunas variantes, ya sea por observar que la gente era muy humilde o para enfrentar una hambruna, se dice que agradeció al pueblo repartiendo víveres. Cuando la señora entregaba los regalos a los bailarines que bailaban para su hijo decía: “para el chico”, palabras que se resumieron en “Parachico”.
Con la llegada de un nuevo año, los nativos recordaron la visita con la representación de una muchacha y un joven vestidos como los personajes paseando por las calles, rodeados de sus “sirvientes”, quienes repartieron comida simbólicamente, así cada año se recuerda este hecho y pregona el reconocimiento de la gratitud de un pueblo hacia una mujer, hacia un niño y hacia un santo; sentimiento que ha perdurado a través de muchos años.
La UNESCO reconoció a “Los Parachicos” como Patrimonio Cultural Inmaterial el 16 de noviembre de 2010.
Los parachicos son a la vez los danzantes y el baile que ejecutan, y se considera una ofrenda colectiva a los santos festejados, data de 1711, y se presenta durante los días del 15 al 22 de enero de cada año. Esta danza se organiza de manera tradicional y bajo la jerarquía de las mayordomías de los distintos barrios, siendo parte sustancial de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo.
La fiesta comienza el día 8 de enero con el Anuncio de la fiesta grande y el primer recorrido con los “abrecampo” cuyo fin es provocar la risa de los asistentes y abrir paso a las “chuntá”, quienes son jóvenes disfrazados de mujeres que recorren las calles maquillados o con máscaras, vistiendo faldas floreadas, tocados y sombreros, y llevando canastas llenas de banderas de papel.
El día 14 se velan las ramas que, adornadas con frutas y flores, se llevan en la madrugada del día 15 al barrio de San Jacinto en honor al Señor de Esquipulas, donde se ofrece una suculenta comida grande “cochito” con arroz, chanfaina y tasajo con pepita entre el sonido de la tradicional marimba.
El día 17 se celebra a San Antonio Abad y el 18 se rinde homenaje póstumo a los patrones de los parachicos que ya han fallecido y se realiza un convite en la casa donde se encuentra la imagen de San Sebastián Mártir.
El 20 de enero, es el único día donde se admite que “fuereños” participen en la celebración, permitiendo que se vistan de parachico y de chiapaneca.
El día 21 se realiza el Combate Naval en el río Grijalva, donde se recuerda las batallas entre españoles y los indios chiapanecos, y consiste en un espectáculo nocturno con pirotecnia.
El 22 de enero, además de los parachicos, desfilan las “chuntá” quienes bailan y reparten dulces, pero es este día donde una joven que representa a doña María de Angulo reparte dulces y monedas.
El día 23, se realiza una misa y el desfile de los parachicos de las cofradías de Chiapa de Corzo, que se dirigen al Templo de Santo Domingo de Guzmán para conducir a San Sebastián Mártir a la casa del nuevo “prioste”, que será la familia que cuidará la imagen durante el ese año y hasta la siguiente Fiesta Grande.
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