Tienda del museo: “la casa del artesano”
Un sueño realizado
La tienda del MAP empezó como empiezan todos los proyectos, como una idea, como un sueño que ves difícil de alcanzar… La tienda tenía que venir a complementar el Museo como su brazo comercial, donde los artesanos tuvieran un espacio digno para vender sus obras a precios justos, una ventana al mundo que hiciera más visibles sus fantásticas creaciones. Nuestra idea era crear una boutique de primer nivel para posicionar la artesanía como se merece, pero sobre todo que fuera un lugar donde los artesanos estuvieran siempre bienvenidos y se sintieran como en casa.
Yo había estudiado relaciones internacionales y tenía algo de experiencia en marketing y relaciones públicas, pero no me sentía con los conocimientos necesarios para montar una tienda a partir de cero. Le estaré siempre muy agradecida a Jana Palacios, quien me animó a participar y me dio la seguridad necesaria para hacerlo.
Me lancé y fue la mejor experiencia profesional de mi vida. De la mano de mi mentora y gran amiga Yoje Tapuach, con su gran experiencia y trayectoria en el mundo del arte popular, fui conociendo artesanos que nos abrían generosamente las puertas de sus casas, fui descubriendo sus pueblos, su magia, su generosidad y nobleza de espíritu. Viajamos por todo México en donde cada pieza de arte popular cobraba aún más valor por conocer de dónde venía, cómo había sido hecha y la larga tradición que había detrás. Ver las caras satisfechas y agradecidas de los artesanos cuando les compras sus obras y les reconoces su talento es invaluable.
El gusto por el arte popular, por supuesto, me vino desde niña a través de mi mamá, que ya era apasionada desde que yo me acuerdo. Compraba muchas piezas y las colocaba con muy buen gusto. Nuestra casa de Acapulco es un pequeño museo o templo del arte popular mexicano. ¿Por qué será que siempre los extranjeros les reconocen más valor a las piezas artesanales que los propios mexicanos?
La segunda parte de la aventura, donde se concretó el proyecto, consistió en adecuar el precioso espacio que nos asignaron dentro del Museo y planear toda la logística para que la tienda estuviera lista para la gran inauguración del MAP. Teníamos poco tiempo y mucho por hacer. Un aliado estratégico fue el despacho A5 Arquitectura que, gracias al apoyo de Pablo Sepúlveda, nos diseñó pro-bono el espacio de la tienda. Quedó espectacular.
Aunado a esto, afortunadamente construimos un equipo de profesionales que se entregaron a la causa en cuerpo y alma. Recuerdo al equipo trabajando hasta la madrugada, desempacando las últimas cajas que llegaban y montando toda la decoración de la tienda. ¡Se hizo la magia! Se juntaron todos los elementos necesarios, el apoyo de los clientes que nos recibieron de maravilla y una primera noche de ventas estelar el día de la inauguración del MAP. Fue un augurio de muchos años de éxito. Soy fiel creyente de que, si pones tu corazón en lo que haces, triunfas.
Hoy en día son ya varias tiendas las que funcionan, de manera autónoma, exitosa y, desde luego, no lucrativa; guiadas por un generoso y comprometido equipo de consejeros. Gracias a todos los que nos acompañaron en este maravilloso viaje que me hizo conocer y querer más a mi país y su gente. Gracias a los artesanos que desde un principio se animaron a depositar su confianza en nosotros.