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LOS AMIGOS DEL MAP VISITAN IXMIQUILPAN, HIDALGO

Llegamos a Ixmiquilpan.  Desde qué nos bajamos de la camioneta fue decir:

“Que rico huele” . Era un olor a madera impresionante, en el taller del artesano Mario Gerardo Jagüey. Nos recibieron con tamales, pan dulce de pueblo, tortillas y café de olla.  Empezaron a llegar diferentes artesanos a enseñarnos la artesanía del lugar . Como es un lugar seco semidesértico utilizan mucho el Ixtle o fibra del nopal. Comenzamos con las preguntas; ¿Cómo es que en un lugar sin mar y tan seco se trabaja las incrustaciones de concha de abulón?.

Mario comenzó su historia: Se dice  que el trabajo de incrustación empezó alrededor del año de 1895, en el cual se creaba con huesos de animales. Dice que no era muy reconocido en la región y que donde más podían vender era en la capital del país. Ya casi se ha perdido este trabajo, en el año de 1950 la familia Pedraza se traslada a la Ciudad de México para poder comercializar sus piezas. Estando ahí, van al mercado de Sonora donde ven la concha de abulón y comienzan a crear sus piezas con esta. Vieron que le daba un valor muy especial a su artesanía y desde ahí se empezó a trabajarla en esta zona. Al principio fueron muy reservados con su trabajo, pero por la demanda que tenían, comenzaron a contratar y a enseñar a más artesanos sus técnicas de fabricación; uno de los que heredó esta maravillosa técnica fue el mismo Mario Gerardo Jagüey, el hoy posee su taller, en el cual, junto a su esposa y su familiar crean estas maravillosas piezas. Nos dice que aproximadamente veinte familias más trabajan este tipo de artesanía, y con ellos el rescate de la misma.

 

 

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